Viva la Vida: Una invitación a presentar la alegría

Rara vez lo percibimos, pero muchos tratamos la alegría como si fuera una moneda de cambio. La guardamos, la negociamos, nos concedemos pequeños fragmentos solo después de ganarnos el derecho. Este hábito, disfrazado de disciplina, transforma imperceptiblemente la vida en una economía de espera.

Posponer la alegría parece prudente, una promesa de disfrutarla más tarde, cuando todo esté «en orden», pero ese «más tarde» se aleja cada vez más. Se desvanece con cada tarea terminada, con cada meta alcanzada, hasta que el presente se convierte en mera preparación. Lo que estaba destinado a ser vivido se transforma en algo que gestionar.


La alegría, por naturaleza, nunca estuvo destinada a ser condicional. No es una recompensa por la resistencia o la productividad. Es el hilo conductor que da sentido a nuestros días. Cuando la postergamos, nuestra percepción de la vida se debilita; la belleza permanece visible, pero ya no se siente.

Dedicamos años a dominar la eficiencia y la moderación, pero rara vez el arte de permitir. Quizás la alegría requiera eso: la voluntad de presentarse ante la vida sin reservas, de percibir y recibir lo que ya está presente; la disposición a afrontar la existencia sin la constante negociación entre el deber y el deseo.


Desde aquí, la alegría ya no espera al final del esfuerzo. El significado ya no depende de la resolución; existe en el movimiento, en el continuo acto de ser.

Cuando la alegría puede existir libremente, la vida deja de sentirse como una preparación y se revela como un propósito cumplido. Se siente como alcanzar una verdad que siempre estuvo cerca, y finalmente permitir que se pronuncie: ¡Viva la vida!


Viva la Vida es la invitación de Durca a vivir con plenitud y alegría. A través del chocolate, exploramos la posibilidad de permitir que el placer exista sin complejos: saborear lo que nuestra tierra nos ofrece, sentir la conexión a través de la artesanía y dejar que el significado surja de cada acto creativo.

Ahora te toca a ti participar de la belleza de tu propia vida, acoger el deleite y redescubrir la alegría.


Desde nuestra Maison en Ecuador,

Durca
Una casa construida para celebrar el arte de estar vivo.

© Durca Chocolate